lunes, 31 de marzo de 2014

ABUELO en mayúsculas #Pepín


Hoy quiero compartir con tod@s una poesía que escribí a mi abuelo, cuando falleció. Me hubiese gustado haber hecho más por él en vida, pero ya desde jovencina me di cuenta de que, lo mío era no estar cuando se me necesitaba. 
Tenía un abuelo de diez. Me atrevería a decir que fue más mi padre de lo que lo fue el mío. Porque me amaba con una devoción infinita, como yo quería que me quisiese mi padre. Pero de Pepín a mi padre hay un mundo. Es como comparar el agua y el aceite. Recuerdo cuando iba a verle. Aún parece que le veo, con la puerta abierta simulando un desmayo cuando estrenaba traje. Creo que aunque hubiese ido con una bolsa de basura le habría parecido preciosa igualmente. Era un hombre buenísimo, le recuerdo siempre de la mano con mi abuela, y esa mirada de enamorado que se le ponía cuando la miraba. De pequeña, cuando les veía subir la cuesta de camino a su casa siempre pensaba que yo de mayor quería un amor como el suyo, que yo quería que alguien me mirase así algún día. Le recuerdo cocinando, haciendo postres, siempre ayudando a mi abuela. Recuerdo el día que se quedó con Laya, mi perra, esperando fuera de la Alhambra porque con ella no nos dejaban entrar. Y ahí que aguantó el pobre, sentado en un banco, esperando a que los demás acabásemos el tour. Y es que, no quererle era imposible. Transpiraba amor por los cuatro costados. 
  Ni si quiera sé si alguien de mi familia sabe algo de esto pero, cuando murió me sentí muy culpable. Sentí que le había fallado. Aún recuerdo un día que fui a verlo, no iba muy a menudo, no soportaba verle enfermo y mi abuela me dejó pendiente de él para bajar a comprar. De aquella, el desenlace estaba más que claro. Si mal no recuerdo creo que mi abuela dijo que quería tirar sus zapatos porque él ya no los iba a usar más. El caso es que, me puse a mirar por la ventana, mientras veía su rostro reflejado en las ventanas, él observaba mi actitud. Y yo estaba ahí, haciéndome la distraída, mirando sin mirar a la calle. Quise llorar y decirle que le quería, que le quería mucho, hasta el infinito y más allá. Pero no tuve valor. Y ese es uno de mis mayores defectos: no saber decir te quiero a la gente a la que quiero con cada fibra de mi cuerpo. 
     Y una mañana nos dejó, mi abuela llamó a casa muy asustada. Mientras ellos estaban allí yo fui a mi cuarto y me puso delante de un crucifijo que tenía en mi habitación y recé y lloré y supliqué a Dios que no le dejara irse, que le dejase aquí, que me diese un poco de tiempo más. Pero en este partido, no hubo prórroga alguna y me quedé compuesta y sin abuelo. Con unos remordimientos y una pena que me abrasaban el alma. Recuerdo estar en el tanatorio, y estar sin estar. Supongo que no era consciente de lo que pasaba realmente, estaría en estado de "shock" Sólo sé que cuando vi aparcada la funeraria verde en la iglesia con su féretro dentro fue como si me hubiese caído la maldita realidad encima. Toda de golpe, sin poder reaccionar si quiera. Y empecé a llorar y ya no pude parar. 
Ahora, hace mucho que no subo al cementerio. Creo que empecé a esconderme, cuando creí que estaba haciendo cosas que le habrían decepcionado. Peo cuando subía y los demás se iban yo hablaba con él. Le decía que le quería, le tiraba besos a ese mármol estampado con su nombre, le contaba como me iba. Alguna vez incluso, fui a pedirle perdón por cosas que creía haber hecho mal y le decía: " siento si te he decepcionado" Aún a día de hoy me duele su ausencia, no sé por qué pero siempre quise casarme y que él estuviese allí, fingiendo ese desmayo de siempre, con ese orgullo que sólo un abuelo puede tener de su nieta. 
Para mi desde que nos falta la navidades son una tortura. Hubo un antes y un después: pasé de adorar la navidad a odiarla. También me enfadé con Dios por haber permitido que se fuese de esa manera, pasando todo lo que pasó. Empecé a pensar que un "Dios" no le haría algo así a alguien tan bueno. Sé que no estaba en manos de nadie que mi abuelo no muriese aquel 7 de Julio pero, le sigo guardando rencor por no haber escuchado mis plegarias ( Lo mío es grave, soy rencorosa hasta con Dios) Ojalá siguiese aquí para devolverme la fe que perdí y para que mi abuela volviese a cantar de nuevo. Desde que se fue se le apagó la voz y nunca más la oí cantar y adoraba escucharla. Pero se fue y dejó de ser feliz. Aunque la entiendo, lo suyo era un amor como el de el Diario de Noah, un amor tan loco, tan de verdad que cuando el otro te falta es lógico que sobrevivas, que sólo quieras que te llegue la hora para estar de nuevo con tu alma gemela ¡Ojalá no te hubieses ido tan pronto Pepín! 
Si alguien me quiere escuchar, os digo desde la experiencia que si quieres a alguien se lo digas, hasta que se aburra de oírte, porque, quizás mañana sea ya muy tarde.




"LO SIENTO"

Cuando yo era pequeñita,
tú de mi siempre cuidabas,
y al llegar con traje nuevo, 
un desmayo simulabas

¡Cuántas peleas tuvimos!
ahora de ellas me arrepiento,
recuerdos del pasado, 
que en mi mente se fundieron.

Todo comenzó hace tiempo,
con una simple operación.
Desde aquel maldito día,
la suerte te abandonó.

Un día, no muy lejano,
la voz se te apagó,
por culpa del dichoso cáncer,
que sin piedad te arrastró.

Siento mucho lo ocurrido.
¡Ojalá hubiese sido yo!
La pérdida no sería tan grande,
yo me lo merecía, tu no.

Tiempo atrás, yo te adoraba,
ahora ya no lo hago.
Dime, "Dios"...¿ por qué lo hiciste?
¡yo le quería a mi lado!

¿Tenías prisa por llevártelo?
¿Acaso faltaban ángeles en el cielo? 
si hubieses esperado un poco
podría haberle dicho ...."Te quiero"

Desde niña me enseñaron a quererte,
poco a poco, lo fui aprendiendo.
Ahora, poco a poco te olvido.
¿ El por qué? ya te lo he ido diciendo.

Todos dicen que eres bueno.
¡Yo no lo creo así! 
si hubieses sido tan bueno,
mi abuelo aún estaría aquí

Que sepas que aún te quiero,
por una razón muy sencilla,
mi abuelo lo deseaba, 
me lo dijo desde niña

¡Sólo quiero que le digas,
las palabras que te escribo,
hazme "Dios" ese favor,
que estás en deuda conmigo!

"Pepín" tu fe era infinita,
tu cariño era sincero,
y tu amor por la familia, 
lo más grande que nos dio el cielo

A la memoria de mi queridísimo abuelo Pepín (21-22 de Agosto de 1999)

Os dejo esta canción de Dani Martín porque me recuerda mucho a mi abuela, cuando mi abuelo se fue.....


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