jueves, 20 de marzo de 2014

DIARIO DE UN COMEDOR COMPULSIVO

Roma no se hizo en dos días. Y yo, que soy dada al "lo quiero ya y si no es ahora no me vale" pues como que esto se escapa a mi entender. Quizás, inconscientemente, creí que yo era más fuerte que los demás, que yo sería proponermelo y conseguirlo. Llevaba unos diez días portándome bien y pensé: "esto es pan comido" y no, me equivoqué. Esto es como el que tiene un lunar, por mucho que lo tapes o que lo frotes no va a desaparecer. Llevo desde el martes tonteando con la comida y aplaudiéndome por comer "alguna cosilla prohibida y parar antes de que la sangre llegase al río" Pero hoy ya, no he parado de mal comer. Tampoco en cantidades excesivas pero hoy creí que tenía que vomitar de lo que me dolía el estómago. Esto es como si le dices a un alcohólico: mira chato lo que tienes que hacer es moderarte y beber solo una copa: ja ja y más ja. A mi hay ciertas cosas que me despiertan la compulsión, que me hacen saltar el clic y si, se que parece imposible y que todos los nutricionistas dicen que hay que comer de todo pero a mi, según que cosas me vuelvo loca y ya no se parar. Mi mente se apodera de mi. Y hoy, que me he dado cuenta de que esto con 3 mesines de terapia no se arregla se me ha venido el mundo encima y sobre la idea de que hay ciertas cosas que no puedo volver a comer ya ni quiero hablar. Me parece inconcebible. Tal vez, suene a locura pero es así, esto no es un catarro, esto es para toda la vida. Esta ahí esperando la más mínima debilidad para apoderarse de tu raciocinio. Y tengo mucho, muchísimo que trabajar pero es muy duro pelear cuando el mundo que te rodea te trata como si fueses Don Quijote enfrentándote a los molinos.

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