martes, 18 de marzo de 2014
ENTRE MIS RECUERDOS #recuerdos #tortura mental #evolución
Escribí esto en Diciembre. Muchas veces guardo lo que escribo para darme cuenta de como estaba y como estoy el día que las leo. Fue una etapa muy oscura, muy triste, con las navidades encima de mi cabeza, sin él y con un montón de problemas a la espalda. Y no sé por qué nuestra mente es así de traicionera y cuanto peor te sientes es cuando más te machaca. Cuando te recuerda cada cosa que tenías y ya no tienes. Pensar en una navidad sin él, en sobrevivir a ella me parecía imposible. Supongo que será porque era una adicta, una yonki de aquel amor insano. Para ser sincera creo que soy obsesiva con todo, de manera inconsciente y sin quererlo, pero me pasa : con las relaciones personales, con los problemas, con la maldita comida. Y es que de las adicciones un@ nunca se cura, lo único que puedes hacer es estar alerta y evitar las recaídas. Ahora mismo me siento como en una montaña rusa: hay días mejores y otras que no lo son tanto. Pero tengo claro que la actitud es vital para todo. Y ahora, desde una cierta lucidez mental que antes no tenía puedo decir que un problema no se soluciona por pensarlo, o por cabrearse,y que equivocarse es humano y a veces hasta necesario. Probablemente sea como soy por todo lo que me ha pasado en la vida. Ya sea bueno o malo. De todo se aprende, aunque a veces pensemos que lo que nos sucede solo sirve para hundirnos o para darnos el golpe de gracia.
"Un día algo se activa en tu cabeza y los recuerdos te pican a la puerta. Y pueden venir por cualquier palabra, por cualquier imagen. Aparecen sin previo aviso, independientemente de que seas feliz o no, en un instante un flash-back mental de transporta a otro momento y sientes que algo te quema por dentro, que te está clavando alfileres en el alma. Te sientes extraño, como si te hubiesen desafinado el sentimiento, como si tu corazón estuviese de pataleta, como si en tu interior se avecinase tormenta. Te sientes gris ( que es exactamente como estás por dentro) y una soga invisible te aprisiona la garganta. Te molesta hasta respirar, es como si el aire estuviese contaminado, podrido de penas y tu no parases de inhalarlas. Pero, si yo no he pedido nada de esto, si todas las predicciones semanales decían que estaría despejado....¿cómo me he metido sin darme cuenta en el crudo invierno? Y quieres salir tan deprisa de ese barranco que llega un momento en el que pierdes el raciocinio esprintando. Pasas a ser un ser irracional, un saco apaleado de sentimientos y llegas al punto de no retorno, a la línea de meta de "regreso al pasado". Tienes la cabeza perdida, luchando por salir de ese recuerdo que te invade, que no te da opción de huir. Mientras tu cerebro planifica la huida, distrae a tus recuerdos pidiéndoles clemencia, diciéndoles que paren de darte martillazos, que el no quería esto, que solo pretendía pasar un día tranquilo. Nadie sabe a ciencia cierta cuando liberan a sus rehenes, porque cada recuerdo es distinto. Sólo piensas que cuando dejes de ser su prisionero, cuando los efectos colaterales dejen de arder, de buena gana te irías a la comisaría más cercana y les pondrías una orden de alejamiento con pena de muerte en caso de incumplimiento"
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