MI REFLEJO EN EL ESPEJO

Lo bueno de tener una nube gris encima es que cuando se larga, el sol brilla más, las olores se intensifican, todo parece más hermoso. Y es que, cuando dejo de dirigir mi vida, las cosas se ponen en su sitio. Es en estos momentos de lucidez cuando me doy cuenta de muchas cosas. Y sé que siempre tengo el quiero en la boca pero no sé que otra palabra poner. Quiero conocerme, quiero quererme, quiero que importe un pimiento lo que los demás digan de mi, quiero que las cicatrices dejen de supurar, quiero tener una relación sana con la comida y quiero conocerme. Porque si no se quien soy, no puedo cambiar nada. Y hoy, que estoy lúcida digo bien alto que no quiero que me quieran, o al menos no de momento, porque no estoy yo para fiestas, porque más que una novia sería una sierva. No quiero repetir errores del pasado, no quiero mendigar el amor de nadie, no quiero un hombre malo, un tío que me caña, uno que me haga pensar que sin él no soy nada. Quiero un amor sano, ni de película ni de telenovela: un amor de los que te hacen la vida más fácil, de los que sufren si tu sufres, de los que sangran si a ti te disparan. Y sin respetarme a mi misma no voy a encontrar nada de eso. Una vez alguien me dijo que mi actitud o asustaba a la gente o atraía a los aprovechados, a los que querían beneficiarse de mi inseguridad. Y ya no quiero más eso, quiero romper las malditas estadísticas, no quiero seguir buscando hombres "malos" como mi padre, sacos de traumas, de problemas. No quiero ser lo que viví en mi casa. Quiero ser feliz, sola o acompañada pero feliz a fin de cuentas. Y para ser feliz todo parte de mi, de lo que llevo dentro. Y por una vez en mi vida voy a intentar decir algo de lo que soy ahora. Quiero con locura, y no podría usar otro término porque es así, me hago hermética cuando las cosas se ponen serias, cuando me abrazan o me besan me agarroto porque no estoy acostumbrada a las muestras de amor. Aunque, con mis parejas lo mendigara como un perrín abandonado. Me encanta la playa, el sonido del mar, los buenos libros, leer cosas que me hagan pensar, que le den vueltas a mi ideas rígidas, me gusta a ver salido ayer sin ganas a pasear, sentarme en aquel banco después de la caminata y apagar mi mp3, sentir el sol, los ruidos, las risas y ver a dos parejas de recién casados haciéndose fotografías de boda y sonreír: por fin! que bonito es el amor aunque yo no lo haya encontrado, que gusto da ver que dos personas se quieren, esa ilusión en sus ojos, que gusto me da sentirme viva y querer ser una bien querida y no una malquerida como antaño. Que gusto me da no querer seguir haciendo méritos para que mi padre me quiera., para que sea más humano, para que haga frente a sus responsabilidades. Soy una persona que adora a los animales, que se muere por los mimos de un perrín, aunque sepa que ninguna mascota va a ser como Laya. De momento esto es todo lo que se de mi, pero a partir de aquí cada día, cada segundo, conoceré algo nuevo.