martes, 22 de abril de 2014

COMIDA EN LA CALLE

Otra cosa no sabremos pero por el norte lo de comer y beber se nos da de cine. Todos los lunes después de Semana Santa se celebra la comida en la calle. Se ponen mesas por toda la villa y la gente sale a comer. Hay gente que lleva la comida de casa, otros la contratan en un bar. Depende de lo que cada grupín quiera hacer.Mucha gente también va al Parque Ferrera ( principalmente la chavalería) Si, yo ya no soy una cría pero el año pasado me planté con dos narices allí jajajaja. En mi defensa diré que hay familias que también van a comer al parque. Me gusta mucho esta fiesta. Hay orquestas, charangas y gente por todas partes. Si el tiempo acompaña, claro está. Avilés huele a sidra ese día, a buen rollo. Lo pasamos en grande, bailamos y reímos hasta llorar de la risa. Y es que las fiestas son importantes, si, pero al compañía lo es mucho más. Y yo otra cosa no tendré pero tengo unos amig@s que valen oro y que me quieren mucho los tengo. Vimos de todo y variado: gente que ponía botellas de sidra alrededor de las jardineras, unas jovenzuelas con los brazos pintados: lo único que llegué a leer para mi desgracia fue la frase de "cómeme el culo" Yo me debo estar haciendo mayor porque a mi ponerse eso en el brazo me parece ordinario, a parte de poco práctico: ¿quién quiere que le coman el culo? igual los adolescentes de ahora es lo que quieren pero en mis años mozos si yo llego con esas frases para casa me las quitan a palos. Luego también había unas iluminadas con camisetas con su facebook y si twitter. La cuente para que el zoquete de turno te fría a mensajes. Pero oye, que yo no comparto pero respeto.
     En nuestra mesa pasó de todo, bebimos sidras, sin prisa pero sin pausa, una amiga probó todo lo que llevamos y le puso puntuación a la comida, en plan Chicote y hasta se llevó algo para el viaje a Madrid. Y la cosa iba muy bien, todo muy comedido, muchas risas y al final se nos calentó el pico. Y claro, acabamos como era de esperar: el resto no sé, pero yo muy fina, muy en mi línea. Y eso que yo se mear la sidra pero, lo que no sé luego es no mezclar. Y en los bares pasé a cerveza y aquello fue el acabose. La sidra es así, sibilina, pasa de cero a cien en un segundo y ya no sabes ni donde tienes la mano. Pero no importa; bailamos hasta que nos dolieron los pies, hasta que el cuerpo aguantó. Yo de hecho pasé parte de la tarde con unas gafas sin una patilla y sin cristales, hasta que se me debieron de caer o vete tu a saber que. Como broche final acabamos en el Mc Donald's, cenando como cerdos, como si con la comida hubiese sido poco, pero yo no quería marchar y la única opción para alargar la despedida era ir hasta allí. Se me olvidó el pequeño detalle de escribirle a mi madre y decirle que llegaría tarde y ella, con ese gen de madre que tiene llamó enseguida. Porque sabe lo que hay y yo muy amablemente le dije que estaba bien que ya iría para casina y que fuese para la cama. Llegué a la una encantada de la vida. Hoy ya no estoy tan contenta porque me cuesta abrir hasta los ojos y me siento como si me hubiesen dado una paliza pero no pasa nada. Que corra el agua y el actron. Con un poco de suerte y dada mi edad deduzco que me pasará como a nuestro señor Jesucristo y resucitaré al tercer día. Tengo el cuerpo como una destilería y es que empalmamos una con otra pero bueno, no pasa nada, ahora ya de tranquis, hasta la siguiente. Dejo fotos para los que no sepáis de que va la comida en la calle, para que veáis lo prestosa que es. Adjunto foto también de la ambulancia de la cruz roja que esta siempre apostillada en el Ferrera. Es que yo un añín se me fue la mano: con la sidra y el tequila y acabé gritando: "un médico, una ambulancia, llamar al SAMUR que me muero" durante toda la comida. Ahora ya no grito nada, ahora solo me cojo una melopea y punto.

















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