Cuando me llamaron hace años para trabajar allí aquello fue la locura, el cirio que monté fue de los buenos. Qué desgracia la mía, con lo poco que me gustaba León, encima de estudiar allí currar también allí. Rezungando que me fuí, pensando qué yo en cuanto descansase me iba para mi tierrina. Vamos que llegué más cerrada que una ostra y con un cabreo que parecía que me habían dicho que me iban a contratar pero que no iba a cobrar un duro. Y de repente, una mañana me encuentro a una chica que estaba en el turno de noche, con una de esas batas finas de hospital, típicas del quirófano, pero que dan un calor que te mueres. Creo recordar que llevaba el pelo recogido y me preguntó por mi nombre. La verdad que no sé si seria el gesto o qué, pero pensé, "esta tía tiene una pinta de borde, a ver que cambio quiere que le haga". No sé, no me acuerdo muy bien de por qué preguntó por mi aquel día, sólo sé que fue de las primeras amigas que tuve allí. Es todo terreno, da igual en que planta o en que servicio especial este que ella saca el trabajo para adelante, sabe un montón de enfermería y está como una maldita cabra. Hasta Risto Mejide se moriría de risa si la oyese. Aún recuerdo una tarde en trauma, las dos mano a mano y ella que va y coge el interfono y dice algo así como: galletas a un euro. Y es que ella es muy de eso, de locuras que te hacen reírte hasta tener agujetas. Pero además de todo eso, es una persona espectacular. Parte de mi mutación de niñata a persona adulta se la debo a ella. Porque me bajó los pies a la tierra y no dejó jamás que me escudase en mis excusas baratas para no hacer frente a las cosas: para no estudiar, para no asumir que él se había ido, etc,etc. Me sacó del lodo a empujones y me hizo crecer en todos los aspectos: profesionalmente sobre todo. Todavía es el día de hoy que nos acordamos del drama que armé cuando me dijeron que iba a trabajar a urgencias. Si no está ella, os digo que ese día acabo en la UVI intubada del susto que me llevé. Me dijo que igual hasta me gustaba y...no se equivocaba, como en todo lo que me dice. Lo que pasa es que yo, soy muy de entender de manera lenta y me lo tomo todo con mucha calma . Gracias a ella aprendí a enfrentarme a mis miedos laborales, a echarme un poquito más para adelante. Y es que con ella aprendes cada día, sabe mucho de enfermería, pero de todo, es como una enciclopedia abierta y yo siempre recurro a ella ( sí, cuando creo que tengo enfermedades también, para que me serene) Podría decirse que en vez de tener un hijo tiene dos porque con esta amiga que le calló en suerte jajajaja. Y da igual lo que le preguntes porque siempre te responde sin juzgar, sin pensar: "ignorante esto deberías saberlo" y a mi, que la gente sepa mucho y te hable de todo como si estuviéramos hablando del tiempo me encanta. Ha estado ahí siempre, sabe cada problema, cada palo que me dio la vida y nunca me ha dejado rendirme. Nunca se ha compadecido de mi, ella iba a la parte dura, al trabajo sucio, a esa que nadie te quiere decir pero que es necesaria para que dejes de lamentarte. Ella es como una batalla y yo el soldado apijotado que está en medio de ella, esperando sus órdenes para moverme, para luchar a vida o muerte. Es una amiga de esas que no conoces de toda la vida pero que tienes la sensación de que ha estado ahí siempre. Debería haber más personas en el mundo como ella y como mis otras amigas. Es que estoy rodeada de gente maravillosa. Y les da igual que no estemos en el mismo sitio porque ellas siempre se las apañan para hacerme sentir como si estuviesen aquí. Os quiero a todas; pero hoy, muy especialmente te quiero dar las gracias a ti por formar parte de mi vida, por pasarme parte de tu fuerza y por espabilarme cuando estoy en la luna de Valencia.
miércoles, 9 de abril de 2014
FELIZ, FELIZ NO CUMPLEAÑOS #siguen llegando regalos anticipados #el cartero se esta empezando a hartar de picar a mi casa
Hoy el día empezó torcido. Con una migraña de las que hacen historia, pero bueno, últimamente me duele la cabeza siempre. Que nadie se alarme, no creo que tenga ninguna patología, no os voy a aburrir nuevamente con mis paranoias sobre enfermedades varias. A eso de las 10,30 pica el cartero y yo pensando: por fin, el teléfono ese gigante que hay para personas mayores. Lo pedimos por internet hace unos días y ya nos mosqueaba que no llegase. Cual será mi sorpresa cuando veo que además del móvil hay otro paquete a mi nombre. Yo con una sonrisa como si tuviese a Dani Martín enfrente, el cartero me miraba raro ( igual se me puso la misma cara que cuando veo al Dani Martín de verdad y por eso se asustó, no lo sé, jajajaja) , pero yo estaba ensimismada con mi entrega. Era de una amiga mía de León, de las primeras que hice.
Cuando me llamaron hace años para trabajar allí aquello fue la locura, el cirio que monté fue de los buenos. Qué desgracia la mía, con lo poco que me gustaba León, encima de estudiar allí currar también allí. Rezungando que me fuí, pensando qué yo en cuanto descansase me iba para mi tierrina. Vamos que llegué más cerrada que una ostra y con un cabreo que parecía que me habían dicho que me iban a contratar pero que no iba a cobrar un duro. Y de repente, una mañana me encuentro a una chica que estaba en el turno de noche, con una de esas batas finas de hospital, típicas del quirófano, pero que dan un calor que te mueres. Creo recordar que llevaba el pelo recogido y me preguntó por mi nombre. La verdad que no sé si seria el gesto o qué, pero pensé, "esta tía tiene una pinta de borde, a ver que cambio quiere que le haga". No sé, no me acuerdo muy bien de por qué preguntó por mi aquel día, sólo sé que fue de las primeras amigas que tuve allí. Es todo terreno, da igual en que planta o en que servicio especial este que ella saca el trabajo para adelante, sabe un montón de enfermería y está como una maldita cabra. Hasta Risto Mejide se moriría de risa si la oyese. Aún recuerdo una tarde en trauma, las dos mano a mano y ella que va y coge el interfono y dice algo así como: galletas a un euro. Y es que ella es muy de eso, de locuras que te hacen reírte hasta tener agujetas. Pero además de todo eso, es una persona espectacular. Parte de mi mutación de niñata a persona adulta se la debo a ella. Porque me bajó los pies a la tierra y no dejó jamás que me escudase en mis excusas baratas para no hacer frente a las cosas: para no estudiar, para no asumir que él se había ido, etc,etc. Me sacó del lodo a empujones y me hizo crecer en todos los aspectos: profesionalmente sobre todo. Todavía es el día de hoy que nos acordamos del drama que armé cuando me dijeron que iba a trabajar a urgencias. Si no está ella, os digo que ese día acabo en la UVI intubada del susto que me llevé. Me dijo que igual hasta me gustaba y...no se equivocaba, como en todo lo que me dice. Lo que pasa es que yo, soy muy de entender de manera lenta y me lo tomo todo con mucha calma . Gracias a ella aprendí a enfrentarme a mis miedos laborales, a echarme un poquito más para adelante. Y es que con ella aprendes cada día, sabe mucho de enfermería, pero de todo, es como una enciclopedia abierta y yo siempre recurro a ella ( sí, cuando creo que tengo enfermedades también, para que me serene) Podría decirse que en vez de tener un hijo tiene dos porque con esta amiga que le calló en suerte jajajaja. Y da igual lo que le preguntes porque siempre te responde sin juzgar, sin pensar: "ignorante esto deberías saberlo" y a mi, que la gente sepa mucho y te hable de todo como si estuviéramos hablando del tiempo me encanta. Ha estado ahí siempre, sabe cada problema, cada palo que me dio la vida y nunca me ha dejado rendirme. Nunca se ha compadecido de mi, ella iba a la parte dura, al trabajo sucio, a esa que nadie te quiere decir pero que es necesaria para que dejes de lamentarte. Ella es como una batalla y yo el soldado apijotado que está en medio de ella, esperando sus órdenes para moverme, para luchar a vida o muerte. Es una amiga de esas que no conoces de toda la vida pero que tienes la sensación de que ha estado ahí siempre. Debería haber más personas en el mundo como ella y como mis otras amigas. Es que estoy rodeada de gente maravillosa. Y les da igual que no estemos en el mismo sitio porque ellas siempre se las apañan para hacerme sentir como si estuviesen aquí. Os quiero a todas; pero hoy, muy especialmente te quiero dar las gracias a ti por formar parte de mi vida, por pasarme parte de tu fuerza y por espabilarme cuando estoy en la luna de Valencia.
Cuando me llamaron hace años para trabajar allí aquello fue la locura, el cirio que monté fue de los buenos. Qué desgracia la mía, con lo poco que me gustaba León, encima de estudiar allí currar también allí. Rezungando que me fuí, pensando qué yo en cuanto descansase me iba para mi tierrina. Vamos que llegué más cerrada que una ostra y con un cabreo que parecía que me habían dicho que me iban a contratar pero que no iba a cobrar un duro. Y de repente, una mañana me encuentro a una chica que estaba en el turno de noche, con una de esas batas finas de hospital, típicas del quirófano, pero que dan un calor que te mueres. Creo recordar que llevaba el pelo recogido y me preguntó por mi nombre. La verdad que no sé si seria el gesto o qué, pero pensé, "esta tía tiene una pinta de borde, a ver que cambio quiere que le haga". No sé, no me acuerdo muy bien de por qué preguntó por mi aquel día, sólo sé que fue de las primeras amigas que tuve allí. Es todo terreno, da igual en que planta o en que servicio especial este que ella saca el trabajo para adelante, sabe un montón de enfermería y está como una maldita cabra. Hasta Risto Mejide se moriría de risa si la oyese. Aún recuerdo una tarde en trauma, las dos mano a mano y ella que va y coge el interfono y dice algo así como: galletas a un euro. Y es que ella es muy de eso, de locuras que te hacen reírte hasta tener agujetas. Pero además de todo eso, es una persona espectacular. Parte de mi mutación de niñata a persona adulta se la debo a ella. Porque me bajó los pies a la tierra y no dejó jamás que me escudase en mis excusas baratas para no hacer frente a las cosas: para no estudiar, para no asumir que él se había ido, etc,etc. Me sacó del lodo a empujones y me hizo crecer en todos los aspectos: profesionalmente sobre todo. Todavía es el día de hoy que nos acordamos del drama que armé cuando me dijeron que iba a trabajar a urgencias. Si no está ella, os digo que ese día acabo en la UVI intubada del susto que me llevé. Me dijo que igual hasta me gustaba y...no se equivocaba, como en todo lo que me dice. Lo que pasa es que yo, soy muy de entender de manera lenta y me lo tomo todo con mucha calma . Gracias a ella aprendí a enfrentarme a mis miedos laborales, a echarme un poquito más para adelante. Y es que con ella aprendes cada día, sabe mucho de enfermería, pero de todo, es como una enciclopedia abierta y yo siempre recurro a ella ( sí, cuando creo que tengo enfermedades también, para que me serene) Podría decirse que en vez de tener un hijo tiene dos porque con esta amiga que le calló en suerte jajajaja. Y da igual lo que le preguntes porque siempre te responde sin juzgar, sin pensar: "ignorante esto deberías saberlo" y a mi, que la gente sepa mucho y te hable de todo como si estuviéramos hablando del tiempo me encanta. Ha estado ahí siempre, sabe cada problema, cada palo que me dio la vida y nunca me ha dejado rendirme. Nunca se ha compadecido de mi, ella iba a la parte dura, al trabajo sucio, a esa que nadie te quiere decir pero que es necesaria para que dejes de lamentarte. Ella es como una batalla y yo el soldado apijotado que está en medio de ella, esperando sus órdenes para moverme, para luchar a vida o muerte. Es una amiga de esas que no conoces de toda la vida pero que tienes la sensación de que ha estado ahí siempre. Debería haber más personas en el mundo como ella y como mis otras amigas. Es que estoy rodeada de gente maravillosa. Y les da igual que no estemos en el mismo sitio porque ellas siempre se las apañan para hacerme sentir como si estuviesen aquí. Os quiero a todas; pero hoy, muy especialmente te quiero dar las gracias a ti por formar parte de mi vida, por pasarme parte de tu fuerza y por espabilarme cuando estoy en la luna de Valencia.
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