lunes, 19 de mayo de 2014
CONSEJOS VENDO QUE PARA MI NO TENGO
¿ Por qué nos gusta tanto dar consejos ? ¿ por qué no pensamos las cosas antes de abrir la boca? imagino que será porque somos humanos y por ello imperfectos. Y es que hablar es tan fácil, soltar un gran discurso sobre lo que debe o no debe hacer la otra persona. Es muy sencillo cuando no estás en su piel, cuando no sientes lo que el otro siente. Imagino que también influye el complejo de salvadores que tenemos, la manía de ocuparnos de la vida de los demás para no ver la nuestra, para no sufrir por nuestras verdades. Pero desde aquí hago un llamamiento: pensemos las cosas antes de decirlas o hablemos desde la tolerancia. No podemos imponer nuestras ideas. Aunque pensemos que alguien se equivoca y nos duela no pasa nada. Nosotros también vamos por caminos que a los demás no les gustan. Bastante tenemos ya con ir de cabeza hacia el precipicio como para que nos diga la gente que lo hacemos no es lo correcto. ¿ Lo correcto para quién? me pregunto yo. Cada persona siento y ve las cosas desde un prisma diferente. Y este discurso de pacotilla me lo aplico a mi la primera. Siempre hago lo mismo: "dime de que presumes y te diré de que careces" Soy la primera en mandar a paseo a los novios de raza cruel del resto y sin embargo con los míos aguanto carros y carretas, no me gusta que hablen de mí o que me critiquen pero yo soy la primera en hacerlo y como esto cientos de cosas más. Sólo quiero decir que seamos amigos, familias y parejas con el significado amplio que engloban esas palabras. Como bien dice una amiga mía: quizás Dios nos dio dos orejas y una boca para escuchar más y hablar menos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario