Pero mañana será otro día y no hay nada que no cure el tiempo y de lo que no se aprenda. Y por mucho que me duela prefiero ser una suicida, que no intentarlo, que no amar y perderme la posibilidad de, con un poco de suerte ser correspondida algún día
lunes, 15 de septiembre de 2014
CORAZONES SUICIDAS
Y ahora estoy aquí, torturada por los recuerdos, pensando como siempre que hice mal, que falló esta vez, porque al final todos se largan, todos se alejan. Pero sé que soy una extremista emocional y que si no me mataron otras cosas esto tampoco va a acabar conmigo. Desde el dolor, desde este maldito corazón apaleado, desde la locura que supone que el otro no este en el mismo punto ahora desearía que no te hubieses acercado, que tu camino y el mío nunca se hubiesen cruzado. Cambiaría todos tus besos, todas tus miradas, toda esa ilusión que creí que tenías por mi estabilidad, por mi cordura, por no sufrir un minuto más por algo que pudo ser y no ha sido. Una vez leí en un libro que si no has amado no has vivido pero yo hoy, desearía no haberlo hecho,ser de piedra, desearía acorazar mi corazón, convertirlo en un iceberg para que nada ni nadie lo hiciese pedazos nunca más. Y si la esperanza es lo último que se pierde yo hoy me digo a mi misma que el que espera desespera, que a veces es mejor estar sola, que no compensa vivir feliz e ilusionada un día, un mes o unos años para lo que viene detrás. Y esto es lo malo de tener un corazón suicida, que no desiste, que no se cansa, que se estrella, se resquebraja y en cuanto se recompone vuelve a la carga y como siempre le apalean, le hieren y luego la que paga los efectos colaterales, los suicidios consentidos a los que se somete es esta que escribe. Y desde el dolor, desde este fracaso emocional hoy digo que me rindo, que tengo que cambiar, que si alguien se acerca yo debo alejarme: por mi bien, el de mi corazón y el de mi mente. El problema viene después, cuando se recomponen los pedazos y vuelvo a carga para acabar tocada y hundida, para repetir la decepción de mi vida con distinto rostro pero igual sentimiento: el de que no soy suficiente, el de que soy un diamente en bruto pero nadie me compra. Y quisiera ser más mala, porque a las hijas de puta siempre les bajan la luna y a mi que soy buena, que mataría por hacer feliz a alguien en mi vida me han regalado una rosa, ni me han tratado como una reina. Soy la tirita de los corazones rotos que han dejado otras, soy el saco de boxeo donde ellos golpean los rostros de otras, soy el contenedor donde todos vierten sus miedos, donde todos tiran su basura podrida, donde todos pagan lo que no han se cobrado con las otras.
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