sábado, 5 de julio de 2014

EL VALOR

Hoy estaba en el aeropuerto y pensé: atrévete, hazlo. Mete cuatro cosas en una maleta, coge el primer vuelo barato que pilles y piérdete por un sitio en el que nunca has estado. Pero luego me puse excusas: demasiado precipitado, demasiado pronto, quizás cuando ahorre algo. Aunque creo que las dos excusas mayores son: demasiado miedo y demasiado sola. Que haría yo por ahí, si todas las ofertas que hay las venden en pack, si para los corazones rotos numca sale una oferta buena. Hoy echo de menos demasiadas cosas: un abrazo de los de verdad, de esos que traspasan el alma, una mirada que conecte con la mía, que me diga sin decirme: eres mi mundo. Y ni siquiera hablo de una relación a lo Diario de Noa; básicamente porque creo que no existen sino de un punto de entendimiento, de encontrar a alguien tan perdido como yo con quien pasar este mal trago, con quien volver a tener esperanza. Sin falsas promesas, sin te quieros forzados, sin mentiras, sin convencionalismos. Sólo quiero sentirme viva y libre, sentir que no me evaporo entre los brazos y los labios de nadie. Sobre todo lo que más añoro es tener valor, es hacer esas cosas que siempre quise hacer y nunca hice como viajar a Cádiz o conocer el zoo de Madrid, ver por fin de cerca un koala. Me encantan esos animales. Y está todo tan al alcance de mi mano que aún no entiendo como no hice ninguna de esas cosas aún. Pero todo se puede cambiar, a todo se le puede dar esa vuelta de tuerca que necesitas para recomponerte, para sentirte más tú. 

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