martes, 30 de diciembre de 2014

HASTA CUANDO

De repente algo se activa y sabes que el cambio es tan inevitable como necesario. Asumes que debes romper con todo y ponerte en frente de la vida para mirarla cara a cara, para ocuparte de los problemas, de tu existencia real. Porque llevas demasiado tiempo en tu realidad alternativa, fingiendo que esto se pasará mientras, día a día la situación se agrava. Y no sabes si agachas la cabeza y no miras hacia ningún lado porque la vergüenza te lo impide o porque se te han agotado las excusas para seguir jugando a hacerte daño. Estás cansada tú y los que te rodean porque ven como vas hacia el fuego y por mucho que te digan: ¡Cuidado, quema! A ti te la trae sin cuidado. Y es que es agotador ver como alguien a quien amas se inmola por causas perdidas mientras se desperdicia y consume a partes iguales. Pero el sufrimiento, el "masoquismo" por placer es otra de las grandes adiciones del ser humano que tan yonki como "engañado" dice a su entorno: "mañana lo dejo" pero ese mañana nunca llega. Porque hay veces que eliges estar mal acompañado antes que en soledad. Prefieres soportar el dolor, el amor sin amor, las mentiras y el enganche emocional que vivir a solas contigo y lo que te atormenta. Y, a la vez que se parte el corazón se resquebrajan los cimientos de tu vida pero estás tan anestesiado que solo puedes contemplar el derrumbe como un mero espectador. Hasta que un día empiezas a ver esa luz que llevas tiempo ignorando y asumes  que algo va francamente mal: ¡tú! Y la idea de verte en la línea de salida cuando creías que ya habías corrido la carrera es abrumadora, es como una losa que hace que respirar te resulte tan agotador como insoportable. Pero todo cambio viene de la mano de una "crisis". Y decir en voz alta a los demás y a ti misma que algo va realmente mal te genera dolor, ese dolor insoportable que te sacude al admitir tu realidad pero que es necesario. Nadie puede sufrir por ti o salvarte, simplemente puedes modificar la manera en que soportas la carga. Eso decía Viktor Frankl que como psiquiatra y prisionero en un campo de concentración sabía bastante de ello.  Sólo necesito recoger los pedazos, coger fuerzas y buscar el sentido de mi vida, dejar de salvar vidas fuera de mi horario laboral y darme un intensivo de atenciones a mi misma, asumir que las heridas de una vida de mentira son más profundas que las que nos provoca el asumir la realidad. Y mi verdad es que la vida pasa delante de mis ojos y yo no la miro, que el miedo a la soledad, a estar imperfecta y defectuosa me hace buscar el amor que no tengo en brazos de los que no lo sienten, invierte mi arrojo en causas secundarias. Y hoy, que asumo que me he abandonado a mi misma me formulo estás preguntas ¿qué necesitas para ser feliz? ¿Cuándo vas a ocuparte de tus sueños, de tus metas? De todas las esperanzas que desesperanzada guardaste en un cajón, ¿cuándo vas a dejar de verte como un artículo de saldo y vas a descubrir que eres una edición limitada? ¿Cuándo vas a dejar de regalar amor a todos y empezar a dártelo a ti misma? ¿cuándo volverá la valiente, la guerrera, la luchadora? ¿Cuándo se irá la niña y volverá la adulta? ¿Cuándo? 

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