miércoles, 24 de diciembre de 2014
FELICITACIONES SORPRESA
El teléfono vibra y de repente ese tímido "Feliz Navidad" te atraviesa y te sorprende. Esa felicitación ausente durante demasiados años,esa que esperaste hasta desesperar brilla entre tu pantalla pixelada. Y como un resorte deseas lo mismo al otro lado de la línea, porque no puedes guardar rencor, porque estás harta de odiarle y culparle. Y mantienes una conversación como si nunca se hubiese ido, como si el socavón de su partida no te hubiese dejado "cerrada por obras demasiados años" , como si aceptases que no sabe querer de otro modo porque ni siquiera se quiere a si mismo, como si todos tus traumas y tus dependencias emocionales no tuviesen nada que ver con él. Y como despedida te suelta un "Te quiero" y no sabes si hay algo de verdad en ese frase hecha, no sabes si todo es producto de su soledad, de sus mentiras, de su "don" de arañarte el alma o de la poca cordura que le queda. Y esperas que, haciendo balance de su vida sienta que está coja, llena de errores, de conversaciones pendientes y de ganas de volver a empezar. Y te debates entre creerle y entre salir por patas; no vaya a ser que decide largarse otra vez y te vuelva a pillar por sorpresa. Sabes que hay mucho que solucionar, muchas lágrimas pendientes en un cara a cara, muchas explicaciones tan necesarias como peligrosas para tu pobre corazón. Ese que pierde su ritmo sinusal y pasa a uno caótico cuando él da señales de vida, ese que acelera sus latidos y tus pensamientos, ese que te lleva a esa maldita migraña que no te quitas de encima, ese que te zarandea entre la valentía y el miedo. Porque con él has sumado tanto que ya has perdido la cuenta, porque te ha enterrado tantas veces en vida que temes que vuelva a sepultarte, porque sus palabras y sus actos te han dejado cicatrices que quieres pero no puedes borrar. Pero también piensas que sois como dos réplicas exactas, que eres "cum laude" en hacer daño, que eres la aprendiz más aplicada de su clase. Y sin embargo viste la luz y día a día intentas pensar más y hablar menos, intentas ser la persona que quieres ser, intentas quererte y querer, intentas no suicidarte hiriendo.Y si esos, todos a los que un día lapidé con mi lengua envenenada me han concedido su perdón... ¿Por qué pienso que él lo merece menos? ¿Por qué soy incapaz de creerme lo que dice? ¿Por qué siempre estoy con el hacha de guerra preparada? ¿Por qué siempre estoy alerta cada vez que irrumpes en mi vida? ¿Por què espero otro golpe de desgracia por tu parte?
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