Juré y perjuré que no volvería a pasarme, pero hay cosas que no dependen exclusivamente de mí. Y me metí en una espiral de comida, de auto destrucción y de aislamiento. Y es que cuando estoy así, cuando la maldita enfermedad me atrapa y yo la dejo siento que no valgo nada y busco herirme a toda costa. A veces, incluso pienso: sería mejor tener bulimia o anorexia así, la gente lo entendería mejor. Pero, a mi que la gente lo comprenda o no, no es algo que me consuela ni que me cure ( porque, por mucho que me joda reconocerlo esto no se pasa) Porque será un trastorno de la conducta alimentaria pero la raíz de todo parte de las emociones, de esta maldita cabeza mía que a veces me juega tan malas pasadas. Incluso a veces busco situaciones que me hieren para tener una excusa para comer. Y no es una cuestión de cerrar la boca, de voluntad, de hacer dieta o ejercicio. Es un estado de enajenación mental que a veces me hace pensar que voy a perder la poca cordura que me queda. Cualquiera cosa: un cambio de horario, de estación, de planes, la tontería más absurda me lleva a comer. Y no a comer como lo hacen los demás: a pasarme un día y cuidarme el resto. Empieza con un granito de arena y luego esto se convierte en un desierto.
Una vez oí a una persona soltar a bocajarro y con todo la crueldad del mundo : "no conozco a ninguna persona que esté gorda y que no coma" y yo me callé, sólo dije que nadie estaba obeso por gusto, que detrás de tanta grasa había muchos problemas que no se curaban en un gimnasio o con hojas de lechuga. Y es que, la sociedad no llega a entender como alguien se puede comer 32 magdalenas y seguir ingiriendo comida ( como dijo Marisa Jara un día en un programa) El problema es que no es un hambre real, tu cuerpo no puede más, pero tu mente te pide que sigas y sigas. Y al principio, comer me aliviaba, me daba la anestesia que buscaba y luego ya llegaba el caos. Ahora ni siquiera me da ese placer, ahora los atracones son menos frecuentes pero más dañinos. La tristeza, el complejo de ser la última mierda y las ganas de no levantarme de la cama ni ducharme no me duran ya días ( es algo en lo que he avanzado) Nadie sabe lo complicado que es para mi vivir en esta sociedad en la que todo se celebra comiendo ( cumpleaños, bodas, bautizos, aniversarios) y en el evento en si yo me comporto, o incluso puede que coma hasta poco pero cuando me quedo sola es cuando explota toda esa ansiedad y cuando empiezo a comer y no paro. He salido en mitad de la noche a buscar algo que se me antojaba, he escondido envoltorios de dulces en los armarios, metida comida en el canapé para devorarla a media noche, he tirado comida sana que se me ha puesto mala y he gastado dinero en comida basura. Así es mi vida, así es mi día a día, una lucha continua con algo que necesito para vivir pero que yo uso como droga y me hace ser una yonki. Y cuando como mierda pienso mierda y siento que valgo tan poco que me pierdo el respeto hasta mi misma. Y con esto no pretendo dar pena, ni justificar mis kilos de más y mi cordura de menos, sino vomitar todo eso que me hace sentir la enfermedad, sólo quiero que la gente sepa lo complicado que es el día a día de un comedor compulsivo, el conflicto interno, el sufrimiento que conlleva, lo difícil que es convivir conmigo misma, que es conseguir que la persona a la que amas llegue a entender por que te atacas tan gratuitamente, por qué tienes esas salidas de tono, por qué hay cosas sin importancia que para mi son un mundo. O lo que es peor, cómo coño le explicas a alguien que eres comedora compulsiva. Yo a día de hoy ni me lo planteo porque bastante tengo con asumirlo yo como para ponerme a explicárselo a los demás. Sólo digo que la pelea interna que paso y que como yo pasan muchas personas día al día no es tarea sencilla. Lo bueno es que nunca pierdo las ganas de pelear y que con cada caída me levanto fortalecida. Y aunque ahora tengo unos cuantos kilos de más ( mentales y físicos) estoy aquí intentando ganar la batalla y quererme cada día un poquito más. Aunque me cueste horrores, aunque ahora mismo rompería todos los espejos por donde paso con tal de no verme, a pesar de todo esto hay algo que nunca pierdo.... LA ESPERANZA de ganar esta batalla, de pasar una temporada buena, de empezar de cero cada día
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