martes, 2 de enero de 2018

FELIZ AÑO

¡Feliz año! Ni siquiera sé si en el cielo os estresáis tanto como aquí en la tierra con la dichosa Navidad. Igual ni se celebra.Yo solo sé que llegó el día 31 y la única mirada que quería ver era la tuya. Fue como si el resto de "feliz año" fuesen un sinsentido faltándome el tuyo. Y es que el ser humano es así: capaz de notar vacíos inmensos rodeado de gente. Siempre añorando lo que le falta. Y faltabas tú, tus lazos rojos hasta para los perros, tu anillo metido en ese copa de cava, el plato de uvas diminutas con el que siempre conseguíamos que yo me tomase las doce a tiempo, el trozo de cordero  sin hueso, tu risa, tus primeras lágrimas con las campanadas. Aquella mesa con su bingo, con Tina diciendo que apostásemos dinero y yo dejando de jugar cuando me enfadaba porque estaba harta de perder.  Unas navidades en las que Pepín aún estaba. ¡Era rica y no lo sabía! Supongo que cuando eres tan feliz nunca crees que puedas dejar de serlo. Das las cosas por hecho, como que caminas, y comes y respiras, sin darte cuenta de que más que un derecho o algo innato es un privilegio que se te  ha otorgado. Pienso que pasa lo mismo con las personas que forman parte de nuestra vida. Creemos que siempre va a haber tiempo para otro baile, otro te quiero, otra mirada....sin darnos cuenta de que la vida tiene sus planes. ¡Me faltaron demasiadas vidas que vivir contigo!
    Sabes que nunca me gustaron las navidades pero este año puse el árbol y decoré la casa por ti. Y estarás tú pensando " que me haya tenido yo que morir para ver esto! Aún recuerdo tu expresión cuando te decía que no pensaba adornar nada. Solo te faltaba que la cabeza te diese vueltas como a la niña del exorcista. Y es que yo pienso que de todos nosotros tú eras la que más espíritu navideño tenías. En Nochevieja me puse ese vestido y me maquillé por ti, por si echabas un vistazo desde el cielo para que me vieses mona y hasta con TACONES. Os tenía preparados unos farolillos de esos tan chulos de luz. Si, esos que tiraban en la peli de "lo imposible" Era mi manera de felicitaros el año nuevo y enviaros un trocito de mi corazón y mi alma a vuestro lado. Pero empezaron a sonar las campanadas, se me llenó la boca de uvas, el corazón de ausencias y los ojos de lágrimas. Ni sé las uvas que me quedaron en el plato. Tampoco es que me importe. Imagino que a ti si. Porque tú eras muy de supersticiones. Pero en ese momento pensé que me importaba una mierda si iban por la 6 o era la 12 ya, que por mucho mal fario o mal rayo que me parta por no cumplir la tradición nada podía superar el 2017. ¿ Qué más nos podía arrebatar? Así que solté el plato y esperé al 2018 como buenamente pude.
    Supongo que no entiendo tu muerte, que ni quería, ni me esperaba ese final. Y mira que lo he intentado. Si hasta me papé un libro de Kubler Ross "La muerte un amanecer" para intentar encontrar un poco de paz pero lo único que conseguí fue pillarme un rebote de tres pares. Que si, que soy muy bruta. Pero esto no te pilla de nueva: ¡lo pienso y lo suelto! Aunque bueno imagino que más que reconfortarme buscaba un milagro. Es inevitable no echar de menos tu presencia. Recuerdo cuando pasó lo de Pepín. Llegó un día en que me costaba recordar su voz y me sentí la peor persona del mundo. Y no quería que me pasase eso con nada que tuviese que ver contigo. Desconectarte de alguien a quien amas es muy duro. Aunque el otro día imaginé tus manos rascando mi cabeza y así me quedé dormida. Con esa manicura perfecta, esas uñas rosas, esa dulzura tan tuya. Es que hay días que necesitas que la realidad supere a la ficción, que todo sea un mal sueño , que me contestes. Porque yo miro tus foto y a además de decirte siempre que eres preciosa hablo contigo. Entre lo que te cuento a ti y lo que le digo a Luna cualquier día los vecinos recogen firmas pa que me encierren.
Pero no te preocupes, que eres muy de angustiarte con cada cosa que escribo. Estoy bien, esto texto solo está lleno de amor del bueno. No he dejado de vivir la vida, voy despacio pero segura y saco las fuerzas cuando no las tengo por ti. Eres la energía que mueve mi mundo. Tenemos unos farolillos pendientes ¡no lo olvides!