sábado, 21 de enero de 2017

La LLoca del Rinconín

A simple vista La madre del emigrante, más popularmente conocida como La Lloca puede parecer una escultura más de esas que decoran paseos. Es obra de un tal Rafael Muriedas. Yo no sé valorar el arte: lo reconozco. No soy capaz de captar la esencia o darle el valor que merece pero con La Lloca fue amor a primera vista. Y algunos pensarán que como me puede gustar una mujer con manos gigantes, ropa raída, despeinada y de proporciones gigantes. Pero detrás de esa fachada se esconde algo que pocas cosas hoy en día consiguen hacer: emocionar, poner los pelos de punta, transmitir. Esa cara de sufrimiento, esa angustia mientras mira al mar. Cuando pienso en su historia me recuerda a la canción de "En el muelle de San Blas" La imagino días y días allí esperando hasta desesperar. Su ropa parece haberse desgastado por el oleaje al chocar contra las rocas, su pelo mecido por el viento, su figura consumida. Y a pesar de todo eso creo que a ella no le importa nada. Que esta tan metida en ese dolor que su alrededor es un mero escenario donde pasa los días. Yo la miro y siento una conexión, como si la entendiese. Y es que a fin de cuentas ¿quién no se ha sentido como La Lloca en algún momento? ¿Quién no se ha quedado paralizado por una emoción que le supera? ¿Quién no ha pensado: "paren el mundo, quiero bajarme? ¿Quién ha querido moverse, salir de esa situación que lo asfixia y no poder? 
     Pero a pesar de todo ella transmite su dolor sobrecogedor pero da paz. Imagino que está tan acostumbrada a que sea suyo que no quiere compartirlo con nadie más. Es como un apéndice en su escuálido cuerpo. Y esa mano en alto como implorando, como suplicando algo que quizás su cabeza sabe que es imposible pero que su corazón se niega a aceptar. Mirando al mar con sus ojos llenos de pena pero con las fuerzas suficientes como para pedirle un deseo . Ella es una de las razones por las que me encanta el Rinconín. La veo desde lejos y ya se me escapa una sonrisa y digo en alto, casi sin darme cuenta " ¡ay mi lloca! " Para mi es mágica. Me calma, me aclara ideas, me da respuestas. Desde mi punto de vista si estas en Gijón es una de las visitas obligadas. La Lloca nunca defrauda.